El diseño de una red de aire comprimido, debe comenzar por una buena distribución de la sala donde se van a ubicar los equipos, teniendo en cuenta que un mal diseño nos provocara caídas de presión desde el mismo lugar donde comienza la red.
Dimensionar el espacio. Es necesario considerar que los equipos, compresores, tratamiento del aire y depósitos acumuladores, tienen que estar ubicados de tal manera, que se puedan realizar las operaciones de mantenimiento de una manera adecuada para los técnicos, así como dejar el espacio suficiente para un posible traslado de las máquinas o de algún componente pesado de las mismas.
Aireación. Los cuartos de compresores deben ser espacios aireados para evitar la concentración de calor que provocaría un mal funcionamiento en los equipos.
El aire caliente que desprenden los compresores se puede sacar al exterior con canalizaciones que se colocan a tal fin.
Ahorro de energía. En muchas ocasiones, para evitar paradas innecesarias en la producción por averías de los equipos de aire comprimido, se suelen tener varios compresores en la misma sala.
Es importante que se adapten plenamente a los consumos necesarios en cada momento de la producción, por lo que para evitar un gasto de electricidad que resultaría inútil, es aconsejable instalar Controladores de Sistemas de Aire Comprimido. Con una gestión eficaz, usaremos el aire comprimido necesario en cada momento y tendremos acceso a parámetros que nos resultaran útiles para el ahorro energético, gestionando hasta 16 compresores incluso desde nuestro móvil.
Correcta gestión de condensados. En el proceso de compresión del aire y su posterior secado, se originan condensados de agua que llevan residuos de aceite.
Es preciso incluir en el diseño de la sala de compresores, una o varias purgas automáticas, para la descarga de estos condensados a un red que los lleva hasta un separador Agua-Aceite, cuya función es separar el aceite residual depositándolo en un recipiente adecuado, drenando el agua libre de impurezas para que los vertidos al alcantarillado estén libres de estos residuos, cumpliendo así con los protocolos medio-ambientales sobre vertidos. (normativa DIN 1999 de tratamiento de aguas)
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